«El machismo es la actitud o forma de discriminación sexista caracterizada por la prevalencia del varón sobre la mujer. Se considera machismo el conjunto de conductas, creencias y prácticas sociales destinadas a promover el enaltecimiento y prevalencia del hombre en perjuicio de la mujer.» 1
Estas últimas semanas la comunidad lectora uruguaya se ha visto sacudida por hechos lamentablemente machistas, aun estando en el mes de la mujer. Esto me llevó a preguntarme: «¿Estamos viviendo un hecho aislado?» Y me encontré con algunas cosas interesantes.
Históricamente los libros han estado restringidos o directamente prohibidos para las mujeres. A lo largo del siglo XIX, aumenta la alfabetización femenina y se democratiza así el acceso a la lectura, por lo que deja de ser un privilegio de clase. Este hecho desencadena un aumento de la producción, la venta de libros, de las lectoras y las escritoras; se redinamiza la industria.
Pero según mis investigaciones, podemos marcar un antes y un después con la llegada de las redes sociales. Distintas estadísticas muestran que los hombres publicaban más, a pesar de que las mujeres eran las que más vendían,2 lo que marcó una clara tendencia de las editoriales, que elegían primero a autores varones. «Solo un treinta por ciento del espacio en la industria editorial, medios de difusión, festivales y premios literarios es destinado a las mujeres en Latinoamérica»3, denunció un informe presentado por la organización mundial de escritores PEN Internacional con apoyo de la Unesco en el año 2022. Pero las redes sociales generaron una masividad, horizontalidad e inmediatez en muchos nichos que fue superado por los viejos procesos editoriales donde casualmente las mujeres éramos poco funcionales o se entendía que teníamos poco que decir.
Sin ir más lejos tenemos las recientes declaraciones de Daniel Mella para la revista Origami donde se refiere a la autora uruguaya Tamara Silva:
«Tamara Silva, que tiene 24 años, que, publicó un libro de cuento y ganó el Bartolomé Hidalgo, que es un premio bastante importante acá en Uruguay. Ahí se generó como una cosa, de que vendió, trece ediciones en 6 meses, pero en parte viene dado por esto de que es una jovencita, entonces se generó como una euforia. La gente quiere ir a ver qué es esto, de una joven que escribe muy bien, pero, si ella misma, hubiera publicado ese libro con 40 años, capaz que no vendía ni treinta.»
Sin ser una empedernida amiga de la futurología, me animo a decir que el talento de una autora, en este caso de Tamara, es injustamente juzgado a base de supuestos, pero ¿qué le hace sentir en el derecho de afirmar tal cosa? Menospreciando el talento de una jovencita que está recibiendo la consagración más importante para cualquier autor, que es la del publico yendo a librerías a comprar su libro.
Mella habla en la revista Origami sobre un aparato de legitimación que, según sus palabras, tras referirse a dos de sus obras, El hermano mayor y Lava, dijo: «Son libros que se vendieron en una época en la que había como un aparato de legitimación, que dijera “esto está bueno” y se hablaba, se discutía, se debatía.» Entonces pienso: «¿Quién controlaba ese aparato de legitimación?, ¿decía que un texto estaba bueno para que surta el efecto milagro por el que se señaló a Tamara?, ¿será el mismo machismo que hasta 2022 solamente tenía el treinta por ciento de mujeres en la industria editorial latinoamericana?»
Comencé esta columna con la definición de machismo ya que es la única respuesta que encuentro tras investigar y reflexionar sobre este hecho que lamentablemente no fue el único.
Un creador de contenido, quien frecuentemente sube contenido misógino disfrazado de humor, protagonizó una polémica en Instagram entre los creadores de contenido de la comunidad lectora uruguaya; tras sus desafortunados comentarios, la red social se llenó de declaraciones cruzadas.
En esta ocasión, el bookfluencer en cuestión se encontraba leyendo Alas de sangre y empieza con una de sus actualizaciones de lectura donde señala: «¿Cuantas neuronas se le mueren a uno por día leyendo esto? ¿Alguien lo sabe?». Y sigue con una hostil y agresiva descripción de su protagonista femenina, la trama y la pluma de su autora. Este hombre se asusta por la libertad sexual de la protagonista, por su crecimiento físico en el libro y por la existencia del libro en general.
Claro que la libertad de expresión y opinión es la mayor herramienta que tenemos y personalmente creo que en las redes sociales se triunfa por ser autentico, por mostrar la opinión genuina de lo que uno piensa, y un libro no es la excepción. El problema radica en que es una práctica frecuente para este creador, leer un libro que según parece está muy por fuera de su zona de confort, escrito por una mujer y generar estas reseñas que destacan por sus formas irrespetuosas, agresivas y descaradamente machistas, disfrazándolas de humor ácido o de ser frontal.
Las bookfluencers de diversas cuentas salieron rápidamente a repudiar los dichos, celebrando la libertad de opinar de un libro y abogando por el respeto que caracteriza a la comunidad a la hora de reseñar o referirnos a una obra. Solicitaron que no se utilice como excusa la libre expresión para insultar autoras ni lectoras de determinados libros.
Las mujeres llegamos a la industria editorial para quedarnos; encabezamos las listas de más vendidos, ocupamos puestos que históricamente fueron de varones, echamos por tierra el aparato de legitimación y construimos uno nuevo donde ningún hombre puede decirnos qué leer, no nos pueden imponer más sus autores, porque si no nos dan lo que queremos, salimos a buscarlo en esos espacios que han sido señalados como menos legítimos.
Tanto es así que convertimos autoras que escribían gratuitamente en plataformas digitales en autoras que encabezan los rankings de ventas, sin importar que ya hayamos leído estos libros en las plataformas porque no creemos en la legitimación del papel.
Nos transformamos en el publico mayoritario de esta industria y los números van al alza. Las mujeres leemos.
Y las mujeres leyendo somos poderosas, pero ¿acá nos quedamos?
Citas:1 https://es.wikipedia.org/wiki/Machismo
2 https://www.newtral.es/mujeres-libros-cientificos-tecnicos-sector-editorial/20230423/ y https://openaccess.uoc.edu/bitstream/10609/128226/6/mcasellaslTFM0121memoria.pdf
3 https://www.dw.com/es/solo-30-del-espacio-editorial-en-latinoam%C3%A9rica-es-para-mujeres-dice-informe-de-pen/a-61442055