¿Qué ocurre si una mente brillante decide fusionar dos deportes conocidos para crear uno nuevo; añade una trama que incluye organizaciones criminales, personajes moralmente grises y problemáticos; y, como toque final, un trope de familia encontrada? Una obra hermosa y muy peculiar, es exactamente lo que son los libros de All for the game de Nora Sakavic.

En un inicio nos encontramos con la historia de Neil Josten, quien, luego de la muerte de su madre y escapando de su padre problemático parte de una organización criminal, decide ingresar al equipo de los Zorros de Palmetto, un equipo universitario de Exy.
Hasta ahí suena casi como una historia convencional donde nos interesa saber cómo va a solucionarse la vida del pobre Neil. Pero la historia empieza a ser otra cuando en su camino comienzan a cruzarse más problemas: sus compañeros de equipo indirectamente compiten para ver quién es el más trastornado y la rivalidad con el equipo de los Cuervos de la Universidad Edgar Allan deja entrever más problemas de los que creemos que ya había.

Una cosa buena o mala, según lo que más disfrute uno en la lectura, son las narraciones de cuando juegan al Exy, al ser un deporte que mezcla otros puede ser medio confuso al inicio. Por lo que super recomiendo leer un poquito de cómo funciona. Una genialidad de Nora Sakavic es que pensó tan bien el Exy que incluyó la historia y un reglamento del deporte que podés buscar fácilmente en internet. Para mí fue algo novedoso que me gustó mucho, aunque algunas narraciones de partidos se me hicieron un poco largas.
Honestamente no es el tipo de libro que considero para todo el mundo; por momentos es violento, otras veces confuso y, aunque al final es una obra maestra en cuanto a conectar todos y cada uno de los puntos que se tocaron —hasta esos detalles mínimos que pasamos por alto—, puede no terminar de enganchar. Incluso el primer libro se me hizo regular, pero si le agarrás el gusto como lo hice yo con el segundo… NO LO SOLTAS; aunque por momentos te esté destrozando por las tragedias y tensiones que pasan, igual te quedás a sufrir.
Y hay un muy buen motivo por el cual, si le agarrás el gusto, puede ser perjudicial al punto de obsesionarte: los personajes. Cada uno tiene una forma de ser que te incita a querer saber más sobre ellos, sobre lo que ocurre en su entorno y cómo cada uno actúa de forma coherente según la personalidad que nos mostraron.
Si bien no todos los personajes tienen el mismo peso y la historia que nos muestran es la de Neil, está todo perfectamente armado para que todos sumen a la construcción de la historia; y no hay que dejarse engañar por su primera impresión, al final pueden sorprenderte para bien. Yo, personalmente, tenía un personaje que no me cerraba para nada, incluso me caía bastante mal, y, a medida que Neil fue tratándolo más y vimos más capas de su personalidad, le agarre bastante cariño y al día de hoy lo aprecio muchísimo.

Y si están esperando a que cuente algo del romance, déjenme decirles que sí tiene, pero hay que tener mucha paciencia. Es un slow burn bien construido que empieza con muchas sutilezas, casi imperceptibles, tantas que incluso empezás a creer que el interés amoroso es otro o que directamente no hay. Pero, mientras la relación avanza, te encontrás con lo complejo de los personajes mismos y solo querés que sean felices.
En resumen, la trilogía de All for the game es perfecta si buscás leer algo diferente, una historia con found family o simplemente te interesa leer algo que te rompa el corazón y luego te ponga una curita y diga «Mirá, pasó media cosa bonita» e igual te conformes con eso porque no podés soltar a los personajes.

Eso sí, considero muy importante leer los trigger warnings que vienen al principio de cada libro; es una consideración muy buena que tuvo la editorial, ya que lo que tiene de adictivo también lo tiene de cruel y, como dije, vale mucho la pena fijarse en las advertencias para decidir si está todo en orden para adentrarse en la lectura.
Sean bienvenidos a Los Zorros de Palmetto.