Con la masividad del internet, recibir opiniones sobre lo que uno crea se ha convertido en algo demasiado sencillo. A dÃas de publicado un libro, un autor puede tener cientos de reseñas y opiniones golpeando su puerta a través de las redes sociales. Pero, ¿son para ellos?
Vamos a ver, cualquiera puede escribir una reseña de un producto, un libro, una canción, una serie, una peli o lo que sea que le interese y colgarla en internet. Hay mil maneras de hacerlo, incluso hay muchÃsimas personas que viven de esto. O sea, le pagan por ello. Y que cualquiera pueda hacerlo y que pueda ser también un trabajo significa que los intereses detrás de las reseñas pueden ser variados, asà como también la calidad de estas. Alguien experto en crÃtica literaria no va a hacer la misma reseña que alguien que lo hace porque, simplemente, disfruta leer y compartir sus lecturas con otros, pero no posee conocimientos especializados en literatura.
Pero, ¿por qué traemos este tema a la columna de opinión de la revi? Esta es nuestra mesa de debate, nuestro ida y vuelta sobre temas que estén rondando las comunidades literarias y, hace poco, supimos sobre una situación en la que un autor, del cual no vamos a dar información, se ofendió muchÃsimo por una vieja reseña de uno de sus libros que una creadora de contenido subió a su cuenta de Instagram hace un par de años. Él autor la vio recientemente y decidió tomar acción y comentar la publicación de una forma bastante cuestionable y agresiva en defensa de su trabajo. Pero al hacerlo, también se metió con otros lectores y ofendió a varias personas. Esta situación funciona hoy de ejemplo para esta columna, porque no es la única vez que un autor o autora se ofende por una reseña y toma acción. Los efectos de esta acción no son el interés de la columna, sino más bien entender y cuestionarnos un poco a quiénes son dedicadas las reseñas.
Consideraremos que hay dos grandes posturas. Una sostiene que las reseñas son para los lectores, que son recomendaciones completamente subjetivas para que el público decida, teniendo en cuenta los gustos del reseñador, qué quiere leer. Que no son para el autor, serÃa una cuestión de gustos de los lectores y afinidades, asà las reseñas se pueden explayar en lo que quiera dejar constancia el reseñador y lo que entiende que su público necesita para decidir leer o no un libro.
Por otro lado, las reseñas están ahÃ, en Internet. Por lo tanto, cualquier persona, incluÃdo el autor o la autora de un libro, puede acceder a ellas. Existe esta otra posición en la que se intenta rescatar el trabajo del autor, más allá de las opiniones sobre este. La idea de que escribir y publicar no es nada sencilla y que es necesario tener esto en cuenta a la hora de hacer una reseña y colgarla en las redes sin miramientos. La realidad es que hay muchas reseñas que pueden llegar a ser bastante crueles y pueden afectar increÃblemente la venta de un libro. Hoy en dÃa las reseñas tienen muchÃsimo peso y posicionan a un libro en un buen lugar o son capaces de hundir a un autor.
Entonces, ¿qué hacemos? ¿para quiénes reseñamos? Es cierto que, en general, las reseñas no suelen ser para los autores, sino más bien para el público. Los creadores de contenido que seguimos y de los cuales tomamos referencias son personas con gustos similares a nosotros, que leen los mismos tipos de libros y les interesan más o menos las mismas caracterÃsticas de esos libros que comparten. Por lo tanto, son un buen criterio de referencia para ir y comprar un libro nuevo, si a ese reseñador que tenemos gustos en común le gustó mucho el libro, voy a tener más intención de leerlo. Los reseñadores son también una opción de marketing de las editoriales muy utilizada, y suelen mandarles libros variados para dar opiniones honestas. Por lo que esos libros pueden gustarles como no, y asà tendrán que manifestarlo en sus redes para bien o para mal.
Sin embargo, también es cierto que las reseñas están al alcance de todos y que se están manifestando sobre el trabajo y el esfuerzo de alguien, y ese alguien también puede leer o ver la reseña. Creo que hoy en dÃa la libertad de expresión puede a veces confundirse como libertad para violentar sin remordimientos ni efectos adversos. Podemos exponer cualquier cosa que pensemos sin esperar grandes consecuencias y en el camino podemos hacer mucho daño. A veces las pantallas difuminan la realidad a tal punto que nos olvidamos que hay personas del otro lado con sentimientos, inseguridades y problemas sin resolver que hacen un montón de esfuerzo para crear historias, pero que no dejan de ser seres humanos con sus defectos y virtudes. Obviamente que puede doler una mala reseña, incluso puede ser muy perjudicial para la carrera de un escritor. Sobre todo cuando es un escritor nouvelle que recién comienza a escribir y a publicar.
En mi opinión, y como creo que debe hacerse todo en la vida, sea para quién sea una reseña se debe hacer con responsabilidad y honestidad. Decir lo que uno piensa no tiene por qué significar perder la amabilidad y el respeto. No tiene por qué significar olvidarme que hablo del trabajo de otro ser humano y que puede gustarme o puedo odiarlo. Encontrar las palabras justas y el tono justo es importante, es imprescindible. Porque de otra forma, solo estoy siendo un hater más con ganas de desparramar sentimientos negativos en un mundo lleno de ellos como lo es internet. Manifestarse desde lo consciente y con honestidad y amabilidad, asà puedo decir cualquier cosa sin hacer daño, puedo invitar al diálogo y al intercambio, al debate.
Por último, quiero destacar que no creo que un autor esté habilitado por una mala reseña a propagar odio e insultar gustos literarios. No hagas lo que no te gusta que te hagan…